HISTORIAS REALES

Nadia, 30 años.

Nadia es una mujer como tú y como yo.

Nació en el seno de una familia donde el machismo estaba latente. A veces, incluso imaginaba no pertenecer a ella. 

Durante su infancia pasó por experiencias que han marcado su vida. A causa de la inseguridad de aquella niña, aún hoy pelea por vencer miedos. Son miedos internos, de los que hacen pupa y no curan las tiritas.

Siempre ha buscado una forma de escapar de su propia vida y creyó que el amor era el camino.

Está genial eso del amor, pienso yo...pero si no tienes amor por ti mismo, por ti misma, por tu esencia,...¿cómo lo vas a reflejar en los demás?

Nunca consiguió la pareja que quería, la que ella pensaba merecer. Siempre había un pero, siempre hubo algo que hacía que caminara en otra dirección.

¿Sabéis qué era? 

Descubrió, con el tiempo, que lo que necesitaba era estar consigo misma, perdonarse, quererse, darse su lugar dentro de ella, mirarse desde fuera, quitarse las piedras de la mochila que le impedían avanzar. 
No fue fácil. Lloró mucho. Aún sigue caminando. 

Tuvo amores locos, amores pasionales, amores fugaces...y polvos, simplemente polvos. 

Hoy, por fin en pareja, como tanto deseó. Hoy, con esa tranquilidad y estabilidad que tantas veces buscó. Hoy, todavía, tiene peros. Siempre un pero... 

Cuando piensa así, sufre. 

Dicen que la felicidad son momentos...por esa regla de tres, Nadia ha tenido muchos momentos felices.

Un día, cogió lápiz y papel y comenzó a escribir. Escribió aquello que le hacía daño. Lo escupió. 

Sí, ello ayudaba a soltar... 

Hoy es una mujer fuerte, sensible pero fuerte. Fue capaz de enfrentarse con los problemas, con los miedos, con las personas tóxicas de su alrededor. Lo hizo a través de un diario que día a día fue tejiendo. 

Le queda mucho por curar pero se siente más contenta que nunca de sí misma, por los pasos que dio, los errores que cometió, lo bueno que sacó y todo lo que exprimió de ellos. 

Porque sí, querida, somos una mezcla de nuestros fallos y nuestros errores, de la mierda y de lo bonito, del blanco y el negro, de lo vivido y de lo sentido. 

Aprende, como Nadia, a enfrentarte con la realidad. Siéntate contigo misma, escúchate, perdónate y siempre, siempre, quiérete.

Nadia no sabe qué pasará con su vida porque no piensa en el futuro como antes...piensa en el hoy, en el momento justo en el que está respirando. Sólo ella tiene la llave para que las puertas se abran y por las ventanas entre el aire.

¿Tienes tú tu llave?

Nadie dijo que fuera fácil... pero tampoco imposible. 


                                                                                                                                                   Nadia





Comentarios

  1. Preciosa historia, creo q en algún momento de nuestra vida todos hemos sido nada., 🙏🌹

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    1. Eso es...lo importante es llenar ese "nada" y nunca más dejarlo vacío de ti misma

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