HISTORIAS REALES

Os voy a contar la historia de Carla, esa mujer que hoy camina por tierras madrileñas pero que no lo tuvo fácil para llegar allí.


Nació en la provincia de Cáceres, hace ya unos treinta veranos.


Desde bien pequeñita tuvo que aprender a vivir sin su madre pero sus abuelos le arroparon e hicieron de su humilde casita de pueblo un lugar donde ella se sintió feliz, cuidada, querida, mimada.


Tuvo una adolescencia un poco rebelde, lo normal a esa edad, supongo.

Se enamoró tantas veces como pétalos tiene una margarita.


¿Habéis ecuchado alguna vez la frase de "que bien estás, seguro que llega alguien y lo jode", o algo así?


Bien, pues eso exáctamente le sucedió a Carla.


Un día, sin comerlo ni beberlo...su madre regresó para llevársela con ella.


Carla disfrutó de ese momento y lo exprimió hasta dejar secas las naranjas pero lo que nunca pensó era que aquello cambiaría su vida de un soplido.


Su hogar siempre sería el abrazo de sus abuelos pero sus pies caminaron hacia la ciudad de Madrid.


Se marchó entusiasmada pero con un pellizco dejando sus raíces allí.


Cuando llegó a la capital y pasaron los días, nada fue como pensó que sería. Nada era lo bonito que se lo habían pintado. Madrid era una ciudad deconocida, una ciudad difícil de digerir cuando estás acostumbrada a la naturaleza de un pueblo.


Muchas veces penso..."¿qué hago aquí?".



Con Madrid llegó la madurez, la superación, la resiliencia.



Allí encontró su margarita...."me quiere, no me quiere,..." y el pétalo ganador le dijo que le quería. Aquel hombre le robó el corazón.


Una vez más, la vida no fue justa con ella y tuvieron que separarse.


Con él conoció el amor y la decepción.


Gracias a su semilla, pudo vivir en sus carnes el sentimiento más puro que existe: fue mamá, dos veces.


Hoy recuerda con nostalgia su niñez pero se mira al espejo y sonríe porque ha sido valiente.


La vida, el tiempo y su capacidad de perdonar, le curaron el alma. Hoy vive tranquila, disfrutando de esos dos soles que brillan cada vez que la miran. Gracias a ellos experimenta cada día el significado del amor verdadero.


Aprendió a sobrevivir y a ponerse una sonrisa que le combina de maravilla.


¿Qué o quién te hace a ti sonreír?


                                                                                                                               Carla





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