HISTORIAS REALES

                                             SEVY


Hace unos días me crucé con una historia que me detuvo, una historia que merece ser contada al mundo. 

Sevy es una adolescente que usa el arte para expresar todo lo que sus palabras no hacen. Únicamente, esta línea ya me llamó la atención. Las casualidades existen, esta chica se parece a la protagonista de mi último libro, ese que estoy esperando a que la editorial me diga "¡Sí, nos gusta!". La protagonista, como Sevy, no encontraba mejor forma de expresarse que pintando. Como ella, tiene Síndrome de Down.


Sevy fue adoptada con doce años tras haber pasado por varias familias y centros de acogida. Lisa, su madre, adoptó a otro niño más también con Síndrome de Down, siendo cuatro hermanos en total. 

Ésta, sufría mucho al ver que  su hija  no confiaba en ella y no se expresaba verbalmente. 

Cuánto debió sufrir Sevy...

Un día, de repente, Lisa pensó en regalarle pinceles y pinturas. No creyó jamás en que aquella niña, por fin, comenzara a expresar todo lo que era, toda su personalidad. 

El arte se convirtió en un vínculo muy importante entre la niña y su familia. 

Sus padres no dudaron en proporcionar a su hija todo tipo de material para que ésta no dejara de expresarse. Era un vínculo de comunicación. 

Ahora tiene 16 años y se ha convertido en la artista que siempre fue pero nadie vio.

¿Quién iba a decirle a Sevy que, tras ir de institución en institución, por fin encontraría una familia y conseguiría darle vida a un pincel?

Su madre un día lo publicó en Instagram y ello fue lo que hizo que miles y miles de personas la conocieran.



«Me di cuenta que cada línea, cada rasgo era intencional. Sevy lo había pensado. Tiene un talento artístico natural. Sabe lo que está haciendo y realmente está intentando decirme algo».- dice Lisa. 


 


«Los artistas profesionales contemporáneos decían que parecía el trabajo de alguien que tiene una maestría en bellas artes«.






 

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