HISTORIAS REALES


Un día, llegó a casa antes de lo esperado. Se las ingenió para escaparse y aporreó la puerta de su casa minutos después. Por fortuna, vivía cerca. 

No dijo ni un "hola" ni dio pie a ninguna explicación. Fue corriendo hacia el baño y vomitó. 


Claudia tenía unos once años aproximádamente y ya era mucho lo que llevaba sufriendo bullying. 


Se sintió tan mal ese día porque nadie quería coger su mano mientras rezaban...que no puedo evitar salir corriendo de allí. 


Amaba los libros pero no ir al colegio.


Sufría, sufría mucho. 


En su casa, había contado todo pero con el tiempo pensó que las medidas que su madre llevó a cabo no fueron las adecuadas. De las de su padre no recuerda ninguna.


Cuando llegó, en preescolar, a ese colegio de monjas, era una niña más hasta que dejó de serlo. Su timidez la llevaron a ser la rara.

Ahora, se siente muchas veces así, rara. A veces, se esconde en su mundo. A veces, vuelve a ella esa niña que en realidad nunca se fue y se siente pequeñita, insegura, no válida. 


Todo aquello hizo mella en ella y hoy no sabe, a veces, sólo a veces, manejar sus emociones.


Su niña interior sigue tan viva... tan frágil y vulnerable...


Sólo pide un abrazo, pedía un abrazo que aún espera.



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