ANA MARÍA SHUA

Tal día como el pasado 22 de abril del año 1951, nacía en Buenos Aires la escritora Ana María Shua.

Esta escritora argentina cuenta así cómo descubrió el amor por los libros: 


«A los seis años alguien me puso en las manos un libro con un caballo en la tapa. Esa misma noche yo fui ese caballo. Al día siguiente ninguna otra cosa me interesaba. Quería mi pienso, preferiblemente con avena y un establo con heno limpio y seco. Nunca antes había escuchado las palabras pienso, avena, heno, pero sabía que como caballo necesitaba entenderlas. Durante una semana pude haber sido Black Beauty pero fui Azabache, en una traducción inteligente y libre. Fui caballo de tiro y caballo de alquiler, recibí latigazos, estuve a punto de morir, fui rescatado... y llegué a la última página. Entonces, con terrible dolor, volví a mi cuerpo y levanté la cabeza: el resto del mundo todavía estaba allí. 'Deja eso que te va a hacer mal', decía mi madre. 'No se lee en la mesa', decía mi padre. Entonces descubrí que podía volver a empezar. Y otra vez fui Azabache y otra vez y otra vez. Después descubrí que podía ser un pirata y muchos, y la ciudad de Maracaibo y ser hombre, manatí, horror o piedra. Lo que acababa de empezar en mi vida no era un hábito: era una adicción, una pasión, una locura.»



Comienza a publicar con 16 años. La primera fue un libro de poemas "El Sol y yo", por el que recibió un pequeño premio del Fondo Nacional de las Artes y la Faja de Honor de la SADE".

Se graduó como Profesora de Letras.

Tras casarse con un fotógrafo y arquitecto, al año siguiente se fueron a Francia y allí trabajó para la revista española "Almanaque"".

En 1980 ganó el Premio de la Editorial Losada con su primera novela "Soy paciente". Al año siguiente, publicó su primer libro de cuentos "Los días de pesca". Su primer éxito de ventas le vino en 1984 con "Los amores de Laurita" y ese mismo año publicó también "La sueñera", que había empezado a escribir diez años antes. 

En 1994 se le concedió la Beca Guggenheim para escribir su novela "El libro de los recuerdos".


En sus inicios, trabajó como periodista, guionista y publicista. Consiguió llevar al cine su obra "Los amores de Laurita" en 1986 y "Soy paciente", aunque esta última nunca llegó a estrenarse.


Su novela "La muerte como efecto secundario", integra la lista de las cien mejores novelas publicadas en lengua española en los últimos 25 años, definida en el Congreso de la Lengua Española en Cartagena en el año 2007.

Su última obra publicada es del año 2016, "Hija", con la que se le otorgó el I Premio Iberoamericano Juan José Arreola de Minificción. 





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