Criar con apego seguro

Este es un libro necesario para todo aquel que se relacione con niños/as pequeños, tanto padres y madres como maestros/as.

Laura Estremera nos habla de lo urgente que es cubrir las necesidades de los más pequeños y la distancia de éstas con respecto a los deseos. No es lo mismo un deseo que una necesidad...y, dependiendo de la edad, de la persona, pues todos somos únicos y diferentes y no es bueno comparar, del momento,...se tendrán unas u otras necesidades.  Éstas no sólo se refieren a nivel asistencial sino a la importancia de las emociones, de acompañar estás emociones y ayudar al niño/a a validarlas y a abrazarlas. Todas son válidas o, ¿a caso tú como adulto no te enfadas o te pones triste? Es importante, imprescindible más bien, acompañar desde el respeto de las emociones, tal y como te gustaría a ti que respetaran las tuyas. Los más pequeños no son muñecos, son personas. Más pequeñas, sí, pero personas.


Este libro habla de las típicas frases que habrás escuchado mil veces como "no le cojas, que se acostumbra". ¿A caso tú no necesitas a veces un abrazo, un acercamiento, un sentirte acompañado? , ¿por qué a de ser diferente con los más pequeños si, además, están empezando a vivir y a lidiar con todo lo que le rodea? ¿No será mejor ofrecer una figura de apego o referencia segura, donde pueda acudir en caso de necesitarlo y ayudarle a conocer y reconocer sus emociones, facilitando así una autonomía y, por ende, una personalidad y autoestima fuertes?


Respecto al momento de la comida, será mejor que tenga una actitud buena y receptiva,de interés, y no que llore, se angustie o sufra cada vez que llega la hora de comer, ¿no?, ¿o a tí te gusta todo y siempre tienes el mismo apetito?

Los pequeños necesitan que les acompañemos desde "el decir" y desde "el hacer".Somos sus influencers, aprenden de nuestras acciones y las repiten. Por ejemplo, si les decimos que no griten pero se lo decimos gritando...¿de qué sirve?
A veces, también, cometemos el error de proyectar lo que a nosotros nos hubiera gustado hacer en ellos. Por ejemplo, un adulto al quee hubiera gustado dar clases de danza, apunta a su hijo o hija a danza. Lo hacemos con amor, no lo dudo, pero no estamos teniendo en cuenta la personalidad o gustos de ese niño, sino los nuestros propios. Somos personas diferentes a nuestros hijos e hijas, no debemos olvidarlo. Es importante no culpar al niño/a de nuestros fracasos, por decirlo de alguna manera. Los más pequeños nunca serán responsables de lo que un adulto haya vivido o sentido y es un error hacerles sentir así. Parece que no pero con frases tipo "Yo a tu edad....", lo hacemos. O con frases como "estoy contenta porque has aprobado". Deberíamos tener más cuidado con la expresión en cuanto a las emociones, pues aunque parezca sutil, todo ello hace mella en los peques. Si buscamos las herramientas, seguramente encontremos mejor forma de transmitir las cosas.


Es importante verbalizar todo lo que vamos a hacer, pues ellos les da un sentimiento de seguridad, de apego seguro y predecible. Cuando les van a vacunar, cuando les vas a limpiar los mocos,....debemos avisarles de lo que va a pasar, ellos les da, como digo, seguridad. Hay muchos tipos de apego y todo depende de cómo actuemos nosotros, los adultos.

Y, ¿qué me dices de las emociones? Todas son necesarias y no son buenas o malas. Debemos aprender a gestionarlas, eso sí.











Comentarios

Entradas populares